Veinte años de Intentar, mi primer disco

En 2001 comencé a grabar Intentar, mi primer disco, editado en 2005 y que está cumpliendo 20 años. Lo grabé completamente solo, instrumento por instrumento, a excepción de los arreglos orquestales.

charlie martinez cd intentar
charlie martinez cd intentar

Elvio Di Rito, que vivía justo frente al estudio y escuchaba las sesiones a través de la pared, un día apareció con partituras para cuerdas que enriquecieron tres de las canciones: Primavera, Bailemos y Me quedo, En esa búsqueda de “perfección” que suele acompañar a los comienzos, cuando las inseguridades están a flor de piel, llegué a grabar 55 tomas de Me Quedo. Con el tiempo uno aprende a aflojar, al descubrir que el estilo personal muchas veces habita en eso que llamamos “error”, y que ocurre entre la primera y la segunda toma.

Intentar peca de prolijo, volviéndose por momentos casi mecánico. Esto se debe a su método de grabación: como no contaba con una grabadora multitrack, tuve que registrar cada cuerpo de batería interpretándolos por separado. Y como tampoco tenía batería, recurrí a un Roland W-30, un sampler que para entonces ya era anticuado y funcionaba con muestras de 16 bits cargadas desde disquetes. Usé micrófonos dinámicos genéricos, muy económicos.

Las canciones fueron compuestas entre 1997 y 2001, es decir, entre mis 13 y 16 años. Mi preferida es Bailemos, y la que más gustó fue Todas las horas. Me quedo hablaba de quedarse en el país, y cumplí: la escribí en 2001, cuando muchos sentían la necesidad de irse, y yo me quedé. Me quedé 20 años. Y cuando finalmente me fui, nunca dejé de volver. Escribo estas líneas desde Buenos Aires, en el que viene siendo mi regreso más largo hasta ahora (es julio, llegué en abril).

Con el correr de los años, perdí el contacto con casi todas las personas que participaron,, salvo con Leonardo Campasso, con quien de vez en cuando intercambiamos unas palabras por Instagram.

La portada fue un regalo del maestro Oswal (Osvaldo Viola, q.e.p.d.), y el diseño gráfico externo estuvo a cargo de su hija, Silvina. La edición en CD venía con un bootleg de varias páginas, diseñado por Marisú Montesinos, con un texto del periodista Flavio Dilello. La mezcla y masterización corrieron por cuenta de Ernesto Salgueiro, guitarrista de Nito Mestre.

La negociación con un sello discográfico no prosperó y, aunque el disco estuvo listo en 2003, recién en 2005 logré ahorrar lo suficiente para editarlo de manera independiente. De la fabricación se encargó EPSA, fue distribuido por Pattaya y estuvo disponible en toda la cadena Musimundo, y en disquerías icónicas como Zival’s y Magimúsica. De ventas anduvo muy mal: cuando no te agarra un sello el dinero que juntás suele alcanzarte para todo menos para publicidad. Aún así, fue postulado en los Premios Gardel, compartiendo terna con León Gieco y Leo Sujatovich.

El primer show de presentación fue en el teatro Boedo XXI, con Fernando Martínez en bajo y Germán Paladino en percusión. También usamos pistas de apoyo. Poco después convoqué a Mariano Calabró, guitarrista del trío Bemol (completado por Juan Manuel Segovia en bajo y Gonzalo Calderoni en batería y voz), a quien había visto en La Casona del Arte. Me impactó su forma de tocar y lo invité a sumarse a unos shows en The Cavern, en Paseo La Plaza.

Para el primer ensayo fuimos Laura Coronel (violín), Diego Adamo (cello), Gimena Díaz Pérez (flauta traversa) y un par de coristas que luego fueron reemplazadas por Noelia Melgarejo. Mariano trajo a sus compañeros de Bemol para reemplazar las pistas, y ensayamos varios meses para una única función en 2005. Tanto ese show como el de Boedo XXI fueron producidos por Daniela del Arco. En 2006 repetimos en formato acústico, también en The Cavern, ya sin los instrumentos sinfónicos. La última vez que tocamos Intentar fue en el Remember Jazz Pub, como parte del “Primer Festival de Rock organizado por Bemol”. Abrió Charlie Martínez. Una locura ideada por el manager Leandro Hernández. Esa noche todo salió mal —hasta me caí del escenario—, pero guardo un recuerdo con olor a juventud.

Todas las fechas fueron anunciadas en agendas de medios muy influyentes: el Suplemento Sí de Clarín y la revista La Mano. La convocatoria superó nuestras expectativas. Periódicos como La Idea y ABC de zona sur se encariñaron con la joven promesa que yo parecía ser, y fui tapa en ambos. Gracias a eso toqué en lugares como la Biblioteca Mentruyt de Lomas de Zamora (sin banda), y en varios programas de radio.

Desde 2003 ya tenía un padrino musical: Ignacio Copani, con quien compartí escenario por primera vez en el Club Atlético Temperley. Me siguió invitando a tocar en bares de la costa y hasta en el CCK (cuando aún era el Centro Cultural del Bicentenario).

El disco recibió una crítica dura de El Musiquiatra, un periodista influyente en internet por esos años. También me entrevistó la revista española Margen Cero y llegué a portales como Rock.ar y el del Canal de la Música. Las fotos de prensa fueron obra de Germán Boyle (q.e.p.d.).


Tema por tema:

Surgirán
La compuse para una banda escolar en la que tocaba junto a Pablo Caputto. Es la más stone del disco, aunque la letra esconde un secreto: “aún en los rincones oirás mi voz” alude, sin nombrarla, a una frase de Ernst Jünger. Existió un videoclip que se emitió por algunos canales de zona sur, hoy está perdido: nunca fue digitalizado, ni se subió a YouTube.

Primavera
La canté por primera vez en un café concert del teatro Luz y Fuerza, en San Telmo, acompañándome con un charango. Fue la favorita de la compañía de teatro infantil de la Universidad Kennedy, con quienes trabajé entre 2002 y 2005.

Me quedo
La estrené en 2001 el teatro Empire, de Buenos Aires, como invitado del cantante Martín Agüero, en un evento organizado por el Instituto del Pie. Algunos me dijeron que llegó a cantarse en escuelas.

Todas las horas
Tuvo un videoclip realizado por un joven Leonardo Campasso, hoy un gran animador reconocido internacionalmente. Gracias al apoyo de Nacho Girón, se emitió varias veces en Canal à. Aún la canto y es la favorita de muchas personas. Premonitoria: años más tarde trabajé en una oficina, y tuve días iguales con mañanas grises, sin animarme a salir, tal como describe la canción.

Vacío
La única cuya letra no es mía, sino de mi abuela paterna, Beatriz Barcelona (q.e.p.d.). Hablaba de ella, y, años más tarde, me vi reflejado en su dolor. Fue la primera canción que registré y declaré en SADAIC. Luego del Cavern 2006, nunca más la canté, no sé por qué.

Ya no se usa
Pensada como apertura del lado B, cuando los vinilos aún no habían regresado. También tuvo videoclip, con buenas visualizaciones para la época. Podría integrar un compilado de “canciones que habrían sido un éxito si su autor se hubiera hecho famoso”. Esta canción se me ocurrió mientras caminaba. En la era pre-celular, yo no solía tomar a precaución tampoco de salir con un pequeño grabador encima y cuando una canción te viene fácil, fácil se va. Recuerdo que llamé a casa desde un teléfono público y la grabé en el contestador automático.

La canción que escribiré
Pertenece a mi categoría «temas muy sencillos pero difíciles de tocar», porque esconde un siniestro secreto: cambia de tonalidad en cada estrofa. Aun así, tiene una melodía simple y una letra que incluye una simpática mención a Lennon y Yoko.

Lo que los chicos quieren
La favorita de Te Pickles, banda amiga de la época. Un periódico escolar en Neuquén llevó su nombre y publicó su letra en la contratapa.

Bailemos
Mi favorita. Llegó a editarse en Italia (en italiano), aunque esa versión está hoy perdida. Instrumental, sin letra, iba a formar parte de la banda sonora que compuse para La tercera palabra, aunque quedó fuera. Al poco tiempo la rescaté, ya como canción, cuando se me ocurrió su título y me salió la letra de un tirón. Básicamente está narrando el amanecer de un fin de fiesta en el boliche Cáix donde tuvo lugar el típico beso entre dos extraños que jamás volverían a cruzarse en toda su vida. Iba a incluir una colaboración con una cantante bastante conocida del rock nacional, quien grabó casi un disco entero en mi estudio pero nunca cumplió su parte del trato. Una vez la interpreté frente a Migue García, hijo de Charly, quien me dijo: “me gusta porque es pop” y en el cambio de tonalidad se sorprendió porque yo lo hacía a la vieja usanza. Me mostró como cambiar de tonalidad con una función del teclado y me dijo «intento tocar lo más simple posible».

Como intentar
Sonó en algunas radios, aunque la letra era algo críptica. “Como intentar rezarle a San Miguel cuando le cerramos su casa” aludía a que yo era organista en la iglesia de San Miguel, que por entonces estaba por clausurarse. Junté firmas para evitarlo, y me entrevistó el periódico La Razón, pero igual cerraron por cinco años.

Música para seres inmortales
Este instrumental, sin letra, lo incorporé a último momento para reemplazar una canción que no entró en el disco, Sogas. Único tema del disco en el que me hice cargo de la mezcla y la masterización. Años más tarde me hicieron notar que tiene un aire a la música que ponían durante los avisos legales de los videos VHS originales que mirábamos quienes nacimos en los ochenta.


20 años no es nada… ¿para Gardel?

Como disco debut, corresponde un balance. El tiempo parece darme la razón: si me hubiera dedicado exclusivamente a la música, hoy tendría muchos seguidores en redes. Aunque probablemente tampoco sería tan famoso como para vivir de eso, ni estaría haciendo un show conmemorativo. A lo largo de los años hice discos más arriesgados y emprendí proyectos que poco tienen que ver con la música, como Quirinux. No me arrepiento. Tal vez solo lamento no haber sabido cuidar los vínculos humanos que tejí durante aquella época, en la que fui muy feliz.

Me gustaría hacer algo. Tal vez un show privado para mis amistades de hoy. Algo pequeño. O un streaming. No lo sé. El 2025 no me encuentra del todo entero. Pero veo una luz. Hacia allá voy. Busco mi mejor versión. Aunque nadie me había advertido que vivir era tan difícil.

La suerte está echada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *