Animar no es mover cosas sino darles vida. En ese sentido, cuando era estudiante me motivaba mucho contar algún tipo de historia o al menos mostrar, plantear alguna situación con un mínimo, pequeño, sentido.
Siempre fui muy fan de un gran artista argentino que es Charly García y en algunas ocasiones sentí el impulso de homenajearlo.

Charly García, además de genio compositor, intérprete, productor fonográfico y artista plástico, era o fue un gran deportista y un día se tiró de la ventana del 9 piso de un hotel hasta una piscina a medio llenar, y sobrevivió. Este salto lo hemos visto en televisión y me inspiró para dibujar una pequeña animación en la que imaginé un poco el estado en el que quizás estuvo aquella habitación.

La animación que les traigo está conformada por algunos ciclos a 12 dibujos por segundo, en este caso de estudios del movimiento de «elementos naturales», los elegidos fueron el fuego, el humo, la miel, las burbujas y el agua… la vida se la puse ¡al televisor!

Me gustaría compartir el lapiz puro, lo que yo veo en el tablero retroiluminado al dibujar.

Y el trabajo final con color y sonido: